El mercado ganadero atraviesa uno de los momentos más ajustados de los últimos años. La oferta de hacienda es escasa en todas las categorías y esta situación presionó al alza los precios en Noviembre. La combinación de poca disponibilidad, firme demanda y un escenario internacional muy activo genera una tensión que se proyecta, al menos, hasta el otoño manifiestan distintos analistas

La falta de terneros, novillos y vacas no responde únicamente a factores locales. El faltante de novillos y vacas también condiciona la faena y limita la oferta. Esta conjunción explica una suba de precios que sorprendió al mercado y que todavía muestra espacio para nuevos ajustes.

Precios que desafían las proyecciones estacionales

El ternero duplicó su valor en un año y se consolidó en una franja cercana a los $6.000, muy por encima del promedio histórico. Los precios no cedieron en el segundo trimestre, como suele ocurrir, y sostuvieron una curva ascendente hasta la actualidad. Todo indica que esta firmeza se mantendrá al menos hasta marzo.

La hacienda gorada con destino a faena también se adelantó al ciclo estacional. El aumento que se esperaba para diciembre llegó antes y aún existe margen para pequeños incrementos. La menor disponibilidad de hacienda proveniente de los feedlots será más evidente hacia fin de año y principios de enero, cuando el nivel de encierre podría bajar de 1,8 a 1,6 millones de cabezas. Esa reducción agregará un nuevo impulso alcista.

Feedlots en alerta y recría con protagonismo

Los números del feedlot están bajo presión. Los corrales enfrentan una relación compra-venta muy desfavorable y no pueden licuar el costo inicial como sí ocurre con ciclos más largos. Los establecimientos deben seguir operativos para absorber sus costos fijos, aun cuando los márgenes sean negativos.

En este contexto, la recría pastoril se fortalece como la estrategia más eficiente. La abundancia de pasto en una primavera excepcional permite agregar kilos a bajo costo y construir novillos más pesados con mejor margen. Muchos productores optan por este camino para equilibrar la ecuación económica y estirar el ciclo productivo hasta un año.

La demanda internacional impone una nueva dinámica

El mercado externo se convirtió en un factor determinante. Estados Unidos atraviesa un déficit productivo relevante y este año podría importar hasta dos millones de toneladas, el doble de lo que exporta. Esa necesidad tiene un impacto directo sobre los precios globales.

La industria local aprovecha esta oportunidad. La mejora en la competitividad permite pagar más por la hacienda destinada a exportación, lo que generó un cambio histórico: el novillo pesado, orientado al mercado externo, igualó e incluso superó al novillo de consumo, que tradicionalmente valía entre 10% y 20% más.

La faena de hembras sigue alta, pero la retención asoma

Al MAG ingresaron durante el pasado mes un 68% de hembras en su composición vacas-vaquillonas, un indicador claro de que la fase de retención todavía no comenzó. Sin embargo, las condiciones para iniciar un proceso de reconstrucción del stock están dadas.

Los precios altos mejoran la liquidez del productor y reducen la necesidad de vender para cubrir gastos. La previsibilidad en las reglas de juego y un entorno sin intervenciones directas del Estado refuerzan la confianza. En este escenario, la idea de que “retener es invertir” gana terreno. Guardar terneras o vaquillonas se convierte en una estrategia similar a incorporar tecnología o mejorar la base forrajera.

Una etapa decisiva para la ganadería argentina

El sector enfrenta meses clave, con precios firmes, una oferta muy ajustada y un mercado internacional que empuja con fuerza. La escasez seguirá marcando el pulso comercial y obligará a ajustar estrategias. La respuesta productiva será determinante para definir no solo el negocio de la próxima campaña, sino también los cimientos del ciclo ganadero que viene.