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17 de diciembre de 2025

La carne marca su propio ritmo

En noviembre, los precios de la carne vacuna subieron muy por encima de la inflación y consolidaron una tendencia que ya se siente con fuerza en los mostradores de todo el país.

El mercado de la carne vacuna volvió a ocupar el centro de la escena inflacionaria. Durante noviembre, los precios al consumidor registraron un aumento promedio del 8,3%, un salto contundente que dejó muy atrás al Índice de Precios al Consumidor, que en el mismo mes avanzó apenas un 2,5%, según el relevamiento mensual del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

El comportamiento no fue un hecho aislado ni coyuntural. Al ampliar la mirada, el informe del IPCVA mostró que en los primeros once meses del año la carne acumuló una suba del 49%, mientras que la comparación interanual arrojó un incremento del 72,8%. En ambos casos, las cifras superaron con amplitud a las mediciones oficiales del INDEC, que marcaron aumentos del 27,9% y del 31,4%, respectivamente.

Este escenario respondió, en gran medida, a un fuerte reacomodamiento en los valores de la hacienda destinada al consumo interno. El movimiento de los precios en el mercado ganadero se trasladó con rapidez a los mostradores. Por categorías, la carne de novillito lideró las subas con un incremento del 8,9% entre noviembre y diciembre. Le siguieron el novillo, con un alza del 8,1%, y las vaquillonas y terneras, que registraron un aumento del 5,8%.



El impacto también se reflejó de manera desigual entre los distintos cortes. Durante noviembre, las mayores subas promedio se observaron en la picada común, que trepó un 12,7%, seguida por el matambre, con un 11,1%, y la tapa de asado, que aumentó un 9,3%. En el otro extremo, los incrementos más moderados correspondieron a la paleta, con un 5,8%, la carnaza común, con un 6,2%, y el vacío, que avanzó un 6,4%.

Las diferencias de precios también variaron según el canal de comercialización. De acuerdo con el IPCVA, cortes como lomo, peceto y colita de cuadril resultaron más caros en los supermercados, con brechas de hasta el 15% en relación con las carnicerías tradicionales. En cambio, el asado, la falda, la picada común y la carnaza mostraron valores más elevados en las carnicerías, donde las diferencias llegaron hasta un 34% frente a las grandes superficies.


 


 

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