Martes 16 de Diciembre de 2025

  • 26.3º

26.3°

Rosario

16 de diciembre de 2025

El Plan Safra sostiene el liderazgo agrícola de Brasil

La principal política de crédito rural del país potencia inversiones, ordena la campaña y explica el salto productivo que convirtió a Brasil en una potencia agroexportadora.

El agro brasileño encuentra en el Plan Safra su herramienta estructural más importante de financiamiento y previsibilidad. Esta política pública, vigente de julio a junio de cada año y coordinada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, articula líneas de crédito que alcanzan a toda la cadena productiva, desde el productor primario hasta la industrialización y la comercialización de granos y alimentos.

El programa concentra un conjunto de instrumentos diseñados para garantizar capital de trabajo, promover inversiones y facilitar la comercialización de la cosecha. El sistema financiero acompaña este esquema con una amplia oferta de créditos orientados a fortalecer la competitividad del sector agroindustrial brasileño y a sostener su expansión sostenida en el tiempo.

A lo largo de los últimos 25 años, el Plan Safra mostró una evolución constante y profunda. El volumen total de crédito rural pasó de 13.000 millones de reales a comienzos de la década del 2000 a más de 516.000 millones de reales en la campaña 2025/26, lo que implica un crecimiento real superior a seis veces. El presupuesto actual equivale a unos 94.000 millones de dólares y refleja una política de largo plazo que combinó estabilidad institucional, nuevos instrumentos financieros y una creciente participación del sector privado.

Este proceso permitió mejorar la eficiencia productiva y consolidar el posicionamiento internacional del agro brasileño. Hoy, Brasil lidera el comercio global de productos estratégicos como carne vacuna, poroto de soja y maíz, con una estructura productiva respaldada por financiamiento accesible y reglas claras.

Del total de recursos previstos para la actual campaña, cerca del 20% se orienta a inversiones productivas. Estas líneas financian la compra de maquinaria agrícola, la construcción de silos, la incorporación de sistemas de riego y otras mejoras estructurales que apuntalan el crecimiento de largo plazo. El 80% restante se destina al financiamiento comercial, con foco en capital de trabajo y en la comercialización de granos, un componente clave para ordenar el flujo de la campaña.

Más allá de las asignaciones presupuestarias, el Plan Safra cuenta con fondos de aplicación obligatoria que superan los 300.000 millones de reales, lo que refuerza su alcance efectivo aun frente a eventuales restricciones administrativas o de mercado.

El esquema también contempla una segmentación por tipo de productor. Las líneas destinadas a la agricultura familiar concentran el 17% del monto proyectado de inversión, principalmente a través del programa Pronaf. En tanto, los medianos y grandes productores acceden a más del 22% del crédito de inversión, con herramientas específicas entre las que se destaca el Pronamp. El resto de los recursos puede asignarse sin distinción por nivel de facturación, lo que amplía la cobertura del programa.

Con este entramado financiero, el Plan Safra se consolida como una política clave para el agro brasileño, capaz de sostener el crecimiento productivo, facilitar inversiones estratégicas y explicar buena parte del liderazgo que Brasil exhibe hoy en los mercados agropecuarios internacionales.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!