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9 de abril de 2024

¿Faltó prevención?: Chicharrita del maíz, la plaga que alertó que podría venir y llegó para quedarse.

Un informe de Aapresid muestra que ya había datos que anticipaban que esta plaga estaba creciendo.

Es probable que su expansión no se detenga en función del calentamiento global. Por estas horas, las redes sociales y los grupos de productores están inundados de lamentos por los daños que está provocando la Chicharrita del maíz, la plaga que se extendió desde el norte hacia la zona central de Argentina y ya provocó pérdidas de más de 4 millones de toneladas en la cosecha del cereal.

Cabe recordar que se trata del insecto Dalbulus maidis que, entre otros virus y bacterias, es vector de Spiroplasma kunkelii, causante del achaparramiento del maíz, una enfermedad capaz de reducir hasta 100% el rinde del cultivo.

En este marco, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que en febrero fue una de las primeras entidades en alertar sobre el avance de esta plaga, emitió un nuevo informe en el que advierte que en las últimas campañas ya se habían detectado señales de alerta sobre la misma. Ahora, ya instalada, será muy difícil de erradicar.

PASADO Y PRESENTE DE LA CHICHARRITA DEL MAÍZ: DE NORTE A SUR

Según Aapresid, la enfermedad fue vista por primera vez en Argentina en la década de los ‘90 en el NOA y luego fue extendiéndose al NEA hasta llegar al centro del país.

Pero siempre fue considerada una enfermedad secundaria: solo en el ciclo 2006/07 hizo un daño considerable, hasta que a partir de 2018/19 y 2019/20 ganó relevancia especialmente en el centro del Chaco, causando pérdidas significativas.

Ante esta problemática, la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid, en su misión de promover acciones para abordar el asunto, comenzó a relevar a la enfermedad y su vector en más de 29 millones de hectáreas de Argentina.

Así fue que, ya en la campaña 2021/22, los mapas de la REM mostraban a la plaga restringida principalmente a maíces tardíos en el NEA y NOA (Chaco, Santiago del Estero, Tucumán y Salta) y algunos departamentos del norte santafesino.

El relevamiento también mostró que fueron necesarios tratamientos en el 32% de los lotes en el NEA y el 11% en el NOA, incluso superando el 50% en departamentos puntuales de Chaco y Salta.

Luego llegó la gruesa 2022/23, y los resultados de las encuestas encendieron las alarmas: Dalbulus maidis y Spiroplasma aparecieron como las plagas de mayor importancia en maíz tardío según los productores Aapresid del NEA (36% y 23%, respectivamente).

Fue tal la presión de esta dupla, que superó a otras plagas relevantes del cultivo, como Spodoptera, Helicoverpa o Dichelops, y enfermedades frecuentes como las podredumbres de tallo y raíz y tizón. En la actual campaña, los reportes preliminares evidencian un preocupante avance de su distribución hacia toda el área productiva argentina.

CHICHARRITA DEL MAÍZ: EL FACTOR CLIMÁTICO

En este marco, la Asociación también recordó un estudio científico de 2019 que ya advertía la gran adaptación de la chicharrita en prácticamente todo Brasil y norte 
de Argentina. La misma publicación también preveía un desplazamiento hacia el norte de Córdoba y Santa Fe para el año 2050, bajo un escenario de calentamiento global.

Los investigadores hacían referencia a que el escenario futuro de mayores temperaturas podría aumentar la incidencia de la enfermedad en estas zonas.

ACCIONES CONTRA LA CHICHARRITA DEL MAÍZ

Para enfrentar este desafío, la REM trabaja en conjunto con distintos actores y redes temáticas de maíz (Red de Maíz NEA, Red de Maíz Tardío de Aapresid y la Red de Maíz del Sur). De esta manera buscan seguir de cerca la evolución tanto del vector como de la enfermedad en diferentes sitios estratégicos.

Mas allá de prácticas individuales como evitar la presencia de planta guachas de maíz en los lotes, según la Red es crucial colaborar regionalmente para coordinar decisiones conjuntas.

Por ejemplo, concentrar las siembras por región (evitando el escalonamiento), eliminar los maíces guachos de los lotes, recabar datos del minuto a minuto en cada lote, y realizar relevamientos y controles a nivel regional.

Frente a un futuro con muchas incertidumbres, enfatizan la importancia de la colaboración entre productores, empresas, la ciencia y el Estado, así como la necesidad 
de mejorar la oferta genética de maíz.

La difusión de información, el trabajo en red y la adopción de medidas proactivas son la clave para encontrar soluciones efectivas y sustentables.

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