7 de enero de 2025
Estrategias clave para proteger el bienestar bovino ante olas de calor
Garantizar el bienestar de los bovinos durante episodios de calor extremo es fundamental para preservar su salud y productividad. Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ofrecen recomendaciones de manejo que aseguran un entorno adecuado, atendiendo factores como la alimentación, el acceso a agua, las condiciones del microambiente y las prácticas de manejo.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) establece que el bienestar animal implica garantizar buena salud, alojamiento adecuado, nutrición equilibrada y la posibilidad de expresar comportamientos naturales. Según Leandro Langman, investigador del Instituto Tecnología de Alimentos del INTA Castelar y referente en bienestar animal, “esencialmente se debe asegurar un entorno físico confortable para los animales, especialmente ante eventos climáticos extremos”.
Las olas de calor y los incrementos abruptos de temperatura y humedad afectan negativamente a los bovinos. La magnitud del impacto depende de la intensidad, duración y frecuencia de estos fenómenos. “Cuando un animal sufre estrés térmico, pierde la capacidad de adaptarse al entorno y de mantener sus funciones biológicas en equilibrio”, explicó Langman. Aunque los bovinos son capaces de mantener una temperatura corporal estable, este mecanismo tiene sus límites.
El experto destacó que la susceptibilidad al calor varía según la raza del bovino. “Por ejemplo, las razas británicas son más vulnerables al calor en comparación con las razas índicas o las cruzas sintéticas como Brangus y Braford”. Estas diferencias genéticas hacen que algunos animales puedan soportar mejor las altas temperaturas.
Para mitigar los efectos del calor, Langman enfatizó la importancia de monitorear las condiciones meteorológicas, considerando variables como la temperatura ambiente, la humedad relativa, la radiación solar y la velocidad del viento. El uso de índices térmicos y pronósticos meteorológicos es fundamental para anticipar situaciones de riesgo.
“Es crucial evitar el movimiento de los animales durante las horas de mayor calor y humedad”, recomendó el especialista. Asimismo, sugirió programar la alimentación en los momentos de menor temperatura dentro de la jornada. Estas medidas ayudan a minimizar el estrés térmico y aseguran el bienestar de los bovinos.
Con estas pautas, los productores pueden implementar estrategias efectivas para proteger a sus animales ante condiciones climáticas adversas, garantizando tanto su salud como el rendimiento productivo.
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