Durante el mes de enero, cerca de 615.000 terneros y terneras fueron trasladados desde los campos de cría hacia establecimientos de recría e invernada, marcando un incremento del 21% en comparación con el mismo período del año anterior, según datos proporcionados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Este fenómeno responde a la combinación de una severa escasez de precipitaciones y elevadas temperaturas, factores que precipitaron la decisión de los productores de destetar anticipadamente y reducir la carga sobre los campos.

Desde el mercado ganadero de Rosario (Rosgan) explican que las primeras semanas de febrero mostraron un cambio de tendencia. Las lluvias recientes han mejorado las condiciones de los forrajes, generando un freno en la salida de terneros hacia el mercado de invernada. Las estadísticas revelan que, hasta mediados de febrero, se registraron 342.837 traslados de terneros, apenas un 10% más que en enero, cuando históricamente la oferta suele incrementarse entre un 30% y un 70% en este mes.

Además de la recomposición de los campos, otro factor que incide en la moderación de los envíos es la valorización del ganado. La recuperación en los precios del novillito liviano y del ganado gordo ha incentivado a los criadores a postergar la venta con el objetivo de lograr mayor ganancia de peso en sus animales.

En este contexto, los valores de referencia en el último remate de Rosgan sitúan al ternero en aproximadamente $3.300 por kilo, evidenciando una suba del 10% respecto del mes previo. Este ajuste en las cotizaciones refleja el traslado inmediato de la reciente suba del precio del gordo, en un mercado de reposición donde la oferta de terneros aún no se encuentra totalmente generalizada.

En términos históricos, el precio del ternero liviano de 160 a 180 kilos -considerado un indicador clave de la zafra- se mantiene en niveles elevados. Actualmente, con una cotización cercana a los $3.500 por kilo, se observa un incremento del 10% en comparación con el promedio de los últimos cinco años.

Si bien estos valores pueden impulsar a muchos productores a concretar ventas de inmediato, la mejora en las condiciones climáticas abre la posibilidad de prolongar la retención del ganado, permitiendo una mayor ganancia de peso antes de su comercialización. No obstante, se espera que en las próximas semanas la zafra de terneros recupere su ritmo habitual, a medida que los productores ajusten sus estrategias en función de la evolución del clima y del mercado.