La nueva edición del Semáforo de Economías Regionales elaborado por Coninagro volvió a encender luces rojas. El informe correspondiente a abril 2025 expone una radiografía preocupante del agro: nueve actividades están en estado crítico, arrastradas por un combo de precios atrasados, costos en alza y un mercado interno que no da señales de recuperación.

Entre los sectores más golpeados figuran el algodón, arroz, cítricos dulces, forestal, mandioca, papa, peras y manzanas, vino y mosto, y yerba mate. En todos los casos, la rentabilidad se desploma frente a una inflación que corre más rápido que los precios percibidos por los productores, mientras que los costos —tanto de insumos como logísticos— siguen subiendo sin freno.

El componente más deteriorado del análisis es el “negocio”, que incluye los márgenes entre precios y costos. A eso se suma un escenario externo desfavorable, donde la apreciación del peso limita la competitividad exportadora y, al mismo tiempo, alienta el ingreso de productos importados que compiten en el mercado interno.

Siete actividades se encuentran en “amarillo”, una zona de estancamiento donde no hay mejoras significativas ni retrocesos abruptos. Allí se agrupan los sectores de aves, granos, leche, hortalizas, maní, porcinos y tabaco, todos marcados por señales contradictorias: precios que no se recuperan del todo y costos que siguen presionando.

En el otro extremo, solo tres producciones logran destacarse con resultados positivos. El sector bovino y ovino mantienen indicadores firmes, y se suma este mes la miel, que pasó a “verde” gracias a una combinación de precios favorables, costos controlados y condiciones climáticas ideales.

“En estos últimos meses mejoró mucho la producción. Tuvimos un clima estable, sin grandes eventos extremos, y eso ayudó muchísimo”, contó Diana Aguirre, apicultora de Loreto (Corrientes), quien destacó la calidad de la miel extraída en los Esteros del Iberá.

Aunque algunas economías regionales muestran una leve recuperación en exportaciones, la mejora no es generalizada. La apertura comercial, combinada con un peso más fuerte, también provoca un aumento de las importaciones, agravando las dificultades de muchos sectores que ya luchan por sostenerse.