Brasil volvió a dar un paso clave en su estrategia para ampliar el acceso a los mercados internacionales más exigentes. En este caso, el objetivo es Japón, que envió una misión de inspectores para evaluar en detalle el sistema veterinario oficial brasileño. La auditoría, que se realizó en tres estados estratégicos, forma parte del proceso de análisis de riesgos del gobierno japonés y es fundamental para destrabar el ingreso de carne bovina al país asiático.

La inspección técnica, liderada por el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón (MAFF), tuvo un intenso recorrido que incluyó actividades en Santa Catarina, Río Grande do Sul y Paraná, provincias clave en la producción y control sanitario de ganado.

Control territorial y profesionalismo técnico

La delegación japonesa inició la misión en Brasilia, donde se reunió con autoridades de la Secretaría de Defensa Agropecuaria del Ministerio de Agricultura de Brasil (MAPA). Desde allí, se desplegó a distintas unidades operativas para observar de cerca el funcionamiento del Servicio Veterinario Oficial (SVO).

En Santa Catarina, por ejemplo, se mostraron las actividades de campo de protección zoosanitaria en la localidad de Biguaçu, donde opera la Unidad Veterinaria Local de Cidasc. Además, se expusieron los métodos de control y vigilancia que permiten a ese estado mantenerse libre de fiebre aftosa sin vacunación, un logro crucial en materia de sanidad animal.

En Río Grande do Sul, los inspectores visitaron el puesto de vigilancia internacional de Uruguaiana, en la frontera con Argentina. Allí se presentó el “Programa Centinela”, un sistema de vigilancia activa diseñado para detectar precozmente enfermedades de alto impacto sanitario.

Por último, en Paraná, se auditó el trabajo de las oficinas regionales de la Agencia de Defensa Agropecuaria (Adapar) y se culminó con una reunión final en Curitiba, donde se brindó información detallada sobre el Programa Nacional de Vigilancia de la Fiebre Aftosa (PNEFA).

Una puerta de alto valor

La apertura del mercado japonés representa mucho más que un nuevo destino comercial. Se trata de uno de los países con mayores estándares de exigencia sanitaria y con capacidad de pago diferencial. Superar esta auditoría posicionaría a Brasil en la elite global de proveedores confiables y podría abrir nuevas puertas en Asia.

Desde el sector agroindustrial brasileño destacan el nivel de articulación entre el gobierno federal, los servicios sanitarios provinciales y el sector productivo, una sinergia que permite mostrar resultados concretos a la hora de defender la sanidad animal.