4 de diciembre de 2025
Algoritmos para el agro.

Alianza estratégica: El INTA y empresas privadas impulsan la digitalización del campo.
La agricultura global enfrenta una presión inédita: alimentar a una población que crecerá entre 1.000 y 1.500 millones de personas en los próximos 25 años. Para lograrlo, la producción de alimentos deberá aumentar un 3% anual, según estimaciones de la FAO. La Inteligencia Artificial (IA) aparece como una herramienta decisiva para anticipar problemas, optimizar recursos y producir más con menor impacto ambiental.
El INTA dio un paso concreto en esa dirección al consolidar una alianza con Crucianelli y Leaf Agrotronics para desarrollar una red inteligente que integre ciencia de datos e Internet de las Cosas (IoT) en el campo. Una sinergia que apunta a transformar el modo en que se generan, procesan y usan los datos para la toma de decisiones productivas. La Inteligencia Artificial no reemplazará al ingeniero agrónomo, pero el agrónomo que sepa usar IA reemplazará al que no la use, técnico del INTA y uno de los impulsores del convenio.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL: DE LA INTUICIÓN A LA INFORMACIÓN.
El acuerdo refleja un cambio de paradigma ya visible en el sector, el paso del manejo empírico hacia sistemas predictivos basados en datos. Necesitamos un plan B que ya está en marcha y tiene nombre: Inteligencia Artificial aplicada al agro.
Mediante sensores, satélites y algoritmos de aprendizaje, la red permitirá vincular suelo, clima y manejo para diseñar estrategias de producción más eficientes, sostenibles y adaptadas a cada ambiente. El dato, hasta ahora un recurso disperso y subutilizado, se convierte en un insumo estratégico con valor económico. El campo del futuro será un sistema vivo que aprende. Las máquinas ya no solo trabajarán, sino que entenderán lo que hacen.
ARGENTINA, EN EL PODIO TECNOLÓGICO.
La alianza también consolida una trayectoria de innovación poco reconocida pero creciente: Argentina ya ocupa el 11° lugar global en desarrollo de tecnología agrícola, según los datos que mencionó Ferrari.
IEse avance se apoya en un triángulo virtuoso poco frecuente en la región: ciencia aplicada, industria nacional y productores tecnificados. Tenemos capacidad científica, industria nacional y productores tecnificados. Solo falta animarnos a escalar. La oportunidad va más allá del abastecimiento alimentario, si adoptamos plenamente estas herramientas, no solo podremos alimentar al mundo, sino también generar bioenergía y nuevos productos verdes.
UNA AGRICULTURA QUE APRENDE.
El modelo que propone el INTA no se limita a producir más, sino a producir mejor. La IA permite anticipar eventos climáticos extremos, planificar la siembra y la fertilización, reducir desperdicios y minimizar el impacto ambiental. La visión de los socios es una agricultura conectada, consciente y regenerativa, con un flujo constante de datos que permita equilibrar productividad y salud del suelo.
La agricultura del futuro no dependerá solo del clima o de la genética, sino de nuestra capacidad de integrar conocimiento, tecnología y propósito. Y ese propósito es simple y poderoso: asegurar que cada chico, en cualquier rincón del planeta, tenga su plato de comida.
El agro argentino se encuentra en un punto de inflexión. La alianza entre INTA, Crucianelli y Leaf Agrotronics no solo inaugura una nueva etapa tecnológica, sino que evidencia la urgencia de una transformación productiva basada en datos, coordinación y sostenibilidad. El campo se encamina a un escenario donde las máquinas aprenden, las decisiones se optimizan y cada hectárea rinde lo máximo posible con el menor impacto. Un salto tecnológico que, según los protagonistas, no es una opción, es la condición para alimentar al mundo.
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