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28 de abril de 2025

Ganadería en alerta por la menor cantidad de animales

El rodeo argentino perdió más de dos millones y medio de cabezas en dos años, y las exportaciones se desplomaron por la baja demanda de China.

La ganadería nacional enfrenta un escenario complejo. Según un reciente análisis de Ignacio Iriarte para el diario Clarín, al cierre de diciembre de 2024 el stock bovino se ubicó en 51,6 millones de cabezas, marcando una merma de 2,6 millones de animales, equivalente a una retracción del 4,5% en el último bienio.

El impacto de los servicios deficientes en 2022, reflejado en la parición de 2023 y el destete de este año, se traduce en apenas 14,3 millones de terneros en pie durante la primavera pasada, evidenciando el efecto de un menor volumen de hembras en reproducción durante 2023.

La cantidad de vacas activas, medida al cierre del año pasado, arroja una pérdida de 1,5 millones de vientres respecto a 2018. Aunque la relación ternero/vaca subió levemente al 66,1%, se mantiene prácticamente estancada en relación a los registros de 2022. Este índice, considerado una referencia para medir la productividad de los rodeos de cría, venía mostrando una lenta pero continua mejora desde comienzos de la década pasada, tendencia que ahora parece haberse frenado.

A pesar de una recuperación de las condiciones climáticas en buena parte del país y de precios ganaderos que se ubican por encima de los promedios históricos, la recuperación del rodeo todavía no se manifiesta en los números. Los terneros registrados a fines de 2024 sumaron 14,6 millones, una cifra similar a la de 2023 pero 600 mil cabezas por debajo de las alcanzadas en 2022. Entre 2017 y 2019, ese promedio rondaba los 14,8 millones de crías.

El último servicio fue en general exitoso en las principales zonas de cría, aunque en algunas áreas los intensos calores de diciembre y enero afectaron la eficiencia reproductiva. Además, en varias regiones el servicio suele extenderse hasta bien entrado el verano.

Por su parte, el stock de vaquillonas también sufrió un descenso notable, cayendo un 6% en el último año. Mientras tanto, aunque la faena de vacas retrocedió a niveles de equilibrio, la matanza de vaquillonas continúa alta, comprometiendo la reposición futura.

Otro motivo de alarma es la caída en el número de novillos. Al 31 de diciembre de 2024 se contabilizaron apenas 2,2 millones de animales, 100 mil menos que el año anterior y el registro más bajo desde que se inició la serie en 2007, cuando había 6,3 millones de novillos en el país.

La comparación histórica es contundente: en 1978 y 2007 Argentina disponía de un rodeo de 60 millones de cabezas. Hoy, con 51,6 millones, el país presenta un 14% menos de ganado, y la cantidad de vacunos por habitante se redujo de 2,2 a apenas 1,06.

En cuanto a la producción, durante el primer trimestre de 2025 la elaboración de carne vacuna cayó un 2% interanual. Más preocupante aún es el desplome del 35% en las exportaciones, que ya acumulan cinco meses consecutivos en descenso, tocando apenas las 50 mil toneladas en marzo, muy lejos de las 88 mil embarcadas en septiembre pasado.

El peso de las exportaciones en la demanda total también se contrajo, pasando del 31% en agosto-septiembre de 2024 al 21% en marzo último. Esta baja abrupta se explica casi exclusivamente por la retracción de las compras de China, cuyas importaciones cayeron cerca de un 50% en el primer trimestre del año, debido a los bajos valores pagados, la escasez de vacas disponibles y las fuertes pérdidas económicas que sufre la industria al abastecer ese destino. Aunque los precios comienzan a repuntar, el sector aún enfrenta un panorama desafiante.

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