Pese a que Estados Unidos enfrenta una prolongada contracción en su rodeo bovino, las cifras al 1 de julio revelaron una caída menor a la estimada por los analistas, lo que abre la puerta a un cambio de ciclo en el mediano plazo.

Según el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), el stock total de ganado vacuno se ubicó en 94,2 millones de cabezas, un 1,3% por debajo del registro del año pasado. El dato sorprendió a los operadores, que anticipaban un retroceso del 1,9%.

La cantidad de vacas destinadas a producción de carne se ubicó en 28,7 millones de cabezas, una merma del 1,2% interanual, aunque menor a la baja del 2,2% prevista. En cuanto a las vaquillonas para reposición, el número totalizó 3,7 millones, con una caída del 2,6% respecto a 2022, frente a una proyección de descenso del 3%.

Desde la consultora Allendale, destacaron que el rodeo estadounidense “sigue achicándose” pero ya se observan los primeros signos de expansión. “Es probable que la recomposición de la oferta de carne recién se vea reflejada entre 2026 y 2028”, indicaron.

Para 2025, se proyecta una producción de terneros de 33,1 millones, lo que implicaría una baja del 1% frente al año anterior.

Por otro lado, el USDA informó que el número de animales en feedlots (corrales de engorde) también mostró un retroceso. Al 1 de julio, sumaban 11,1 millones de cabezas, un 1,6% menos que el año pasado, cuando los analistas esperaban una baja de solo 0,9%.

En el mes de junio, ingresaron 1,44 millones de animales a corrales, un 7,9% menos que en igual mes de 2023, muy por debajo de la previsión de caída del 2%. Estos números reflejan una desaceleración en la terminación intensiva, con impacto en la futura oferta de carne.