26 de diciembre de 2024
Se disipan las chances del fenómeno "La Niña"
La Organización Meteorológica Mundial detalla las razones detrás de la ausencia del evento y sus implicancias para el clima en los próximos meses.
En el último boletín que emitió la Organización Meteorológica Mundial (OMM) acerca de un posible desarrollo de un episodio La Niña, apunta a que el mismo sería un evento débil y de corta duración. Los pronósticos de los diferentes centros mundiales que elaboran predicciones a muy largo plazo, indicaron que existe un 55% de probabilidad de desarrollo de un episodio La Niña a lo largo del trimestre diciembre-enero-febrero, aunque actualmente nos encontramos transitando condiciones neutrales de este indicador.
A partir de los meses de otoño, aumentan las probabilidades de condiciones neutrales, es decir, que este forzante de gran escala no tendría influencia en el pronóstico. El Niño/La Niña son el resultado del acoplamiento de la atmósfera y el océano en latitudes bajas. La temperatura superficial del mar en ciertas zonas definidas en el Océano Pacífico Ecuatorial, deben presentar un calentamiento/enfriamiento de al menos medio grado respecto a los valores normales, y dicho comportamiento debe permanecer por varios meses consecutivos.
Por otro lado, los vientos alisios que ocurren en las cercanías de la banda ecuatorial, deben presentar un debilitamiento o cambio de dirección/ intensificación.
Cuando estas condiciones atmosféricas y oceánicas ocurren en simultáneo y perduran a lo largo de varios meses estamos en presencia de un evento
El Niño/La Niña.
Según la Secretaria General de la OMM, Dra. Celeste Saulo el año 2024 comenzó con un episodio de El Niño y va camino de convertirse en el más cálido jamás registrado. Incluso aunque se produzca un episodio de La Niña, su efecto de enfriamiento a corto plazo no bastará para contrarrestar el calentamiento causado
por los gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera".
Asimismo, Saulo afirmó que las condiciones imperantes desde mayo no se corresponden con un episodio de El Niño ni de La Niña. Pero ni siquiera ese escenario ha evitado que suframos una extraordinaria serie de episodios meteorológicos extremos, como lluvias e inundaciones sin precedentes que, desafortunadamente, se han convertido en la nueva normalidad de nuestro clima cambiante.
Desde el mes de mayo se instalaron las condiciones neutrales del ENSO (El Niño Oscilación del Sur, por sus siglas en inglés). Aunque los desvíos de temperatura de la superficie del mar estuvieron presentando valores levemente negativos, nunca alcanzaron el grado necesario para determinar un episodio de La Niña. Se cree que estas condiciones estánmayormente explicadas por el comportamiento de los vientos alrededor de la banda ecuatorial, ya que los mismos no han favorecido al establecimiento de un evento La Niña.
Dado que el índice ENSO se espera que continúe con valores neutrales en los próximos meses, se debe recurrir al monitoreo y pronóstico de otros forzantes o patrones de variabilidad atmosférica. El Servicio Meteorológico Nacional emitió su informe quincenal de monitoreo subestacional en donde se observa que la oscilación de Madden-Julian (MJO) y la oscilación Antártica o Modo Anular del Sur (SAM) se encuentran activas. Si bien se prevé que la MJO se debilite en los próximos días, la misma está favoreciendo a la ocurrencia de precipitaciones intensas en el norte de la región del Litoral, durante la primera semana de pronóstico. La oscilación Antártica actualmente presenta valores negativos y se espera que este comportamiento persista a lo largo de los próximos días. Este forzante está favoreciendo a que se registren temperaturas medias inferiores a las normales en todo el país y precipitaciones mayores al promedio esperado para esta época del año en la región patagónica.
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